lunes, 31 de marzo de 2014

En la línea de fuego


Rescato aquí un cuento que escribí hace un año, con otro final.

22 de Noviembre de 1963

 10.30 horas. En un bar cualquiera de la ciudad, un hombre toma un café mientras ojea el periódico distraídamente. Presiente que va a ser un gran día, quizás el día más importante de su vida. Da un sorbo y levanta la cabeza. En la televisión, el boletín informa que el presidente acaba de llegar en visita oficial junto con su esposa y el Senador John B. Connally a la ciudad de Dallas, donde recorrerá las calles de la ciudad.

El F.B.I. lo tiene todo preparado, aunque hay nerviosismo entre los jefes, es demasiado arriesgado que el presidente viaje en un coche descapotable, pero las elecciones están próximas y hay que dar una imagen de cercanía.

El hombre sonríe disimuladamente, sus ojos, cubiertos tras unas gafas de sol, brillan de  forma especial.

La última página del periódico contiene el horóscopo. No es supersticioso, en absoluto, pero aún así busca el signo del presidente, Géminis: Mal día laboral,

 No sigue leyendo, paga al camarero y se marcha.

 12.27 h.: La comitiva oficial con el presidente de los Estados Unidos de América del Norte enfila la avenida Helm con el vehículo descapotable negro. Jhon saluda a uno y a otro lado. En las terrazas de los principales edificios de la ciudad están apostados cientos de policías, también dos helicópteros sobrevuelan la ciudad.

 
12.28 h.: En algún lugar de la avenida Helm, el hombre se aposta con su rifle de gran precisión tras unas cortinas, con un pequeño hueco abierto en la ventana, perfectamente disimulado.


12.29 h: El hombre está concentrado en el momento que lleva tanto tiempo esperando. Pero un chispazo le recorre el cuerpo de pronto: recuerda que él también es géminis.

 Aleja el pensamiento de su mente, aprieta el gatillo, la silenciosa bala sale de su arma y
 

El presidente siente un disparo en , nota que es sangre…

 y…
 
 Pocos minutos después se confirma la muerte de Jhon Fitzgeral Kenedy, presidente de los E.E.U.U. muere
 
 
A las dos horas Harvey Lee Oswald, un ciudadano que pasea por un parque cercano es detenido.
 
Una mujer camina tranquilamente con su perrito por las calles de Dallas.

miércoles, 19 de marzo de 2014

" Aquel viernes de Julio "

El pasado lunes tuvimos
la oportunidad de disfrutar con Manuel Machuca de las vivencias de este escritor para confeccionar este magnífico libro de personajes que vivieron la guerra civil en Sevilla, o más bien, la no guerra, el avasallamiento de las tropas de Queipo y Franco con los derrotados, los fusilamientos y una visión dura, sincera y directa de este episodio de nuestra historia.

El libro está escrito con sencillez, pero sin descartar la riqueza de lenguaje que hace cautivar al lector desde la primera a la última letra, sintiéndonos dentro de las vicisitudes y sucesos vividos en Sevilla a principios de la cruenta guerra.



martes, 11 de marzo de 2014

Diez años

Hace tanto tiempo que parece ayer.

Los recuerdos se dibujan difícilmente en una mente borrada por cascotes, piezas, cuerpos, sangre, sueños rotos, libros esparcidos, recuerdos esparcidos, violencia esparcida por unos locos dementes que no deberían tener la condición de personas.

Han pasado diez años, sí, pero nada será igual para mí, para tí, para ellos.

Sombras, oscuridad, miedos, terror.

¿ Cuando se acabará esto ?

Quizás nunca.

El no está aquí ya.

Y yo tampoco.

Sí mi cuerpo.

jueves, 6 de marzo de 2014

Primavera

Era por esta época cuando llegaban, así de repente. Una noche mirabas el cielo estrellado, con la tímida luna menguante, y al despertar, por la mañana, estaban allí.

Zigzagueaban aquí y allá, alegres por volver como cada año a hacer sus nidos en el viejo colegio, en el cuartel de la Guardia Civil abandonado, junto al viejo molino de agua o cerca de cualquier vecino.


Los pocos coches que había en Facinas, el autobús de Comes, llevando cada día a vecinos de médicos a Algeciras y alumnos de instituto por igual, con el genial Manolo, cuya capacidad para ver conejos entre los matorrales mientras llevaba el autobús era prodigioso, los albañiles que se afanaban en construir el nuevo cuartel, Bartolo, el hombre del saco, Mariana la estanquera, las furgonetas blancas cargadas de pan macho de la panadería de Mangas, con Corbacho, Yerga, Juan Noria ( mascota-man), y mi padre, Juanini, como espectadores diarios; todos éramos testigos de cómo las nubes que llevaba el levante se mezclaban con gallitos de marzo, los primeros cucos, las bandas de jilgueros, los verderones, las miles de cigüeñas y sobre todo, las golondrinas.

Hoy miro al cielo y las veo y ellas me miran, diciéndome que son las mismas que fueron testigos silenciosos de la juventud de un chico de los ochenta en mi querido pueblo, Facinas.