viernes, 12 de julio de 2013

MIGUEL ANGEL BLANCO

Sintió una ráfaga de luz a su espalda.

 Ese y no otro, fue el último recuerdo que tuvo.

Antes, miedo,

Esperanza

Fuerza

Estos fueron los sentimientos que tuvo en las horas de su cautiverio.

Y la de los que sufrimos con él contando las horas

Los minutos,

Los segundos.

Al fin, la nada más absoluta.

Y los llantos.

La indignación.

La incomprensión.


Jamás una muerte se lloró tanto.

Por el amigo, por el conocido, por su juventud, por la  injusticia.

Han pasado quince años.

Sigo sin comprendar nada.






No hay comentarios: