miércoles, 6 de junio de 2012

Al ir al trabajo

Como cada mañana cojo el coche para hacer el corto trayecto entre mi casa y el trabajo. En el semáforo de salida  hacia la autovía miro hacia mi izquierda y veo un coche rojo marca Kia conducido por un hombre de mediana edad.

Lo observo con detenimiento mientras que él no me ve. Está concentrado en llamar por el móvil con una mano mientras que con la otra sujeta el volante. Mira hacia adelante distraído. Su gesto adusto indica que no le gusta lo que está oyendo al otro lado del celular. Dice algo al teléfono en un tono alto de voz, mientras el semáforo continúa en rojo.

Yo me pongo a pensar con quién estará hablando, su mujer, su hija que no quiere ir al instituto, su secretaria, bueno, ella no porque aún no habrá llegado al trabajo, su amante, seguramente que estará desesperado por verse con ella y no le coje el teléfono porque su marido aún no ha salido de casa.

Los coches de delante se ponen en marcha, el semáforo se ha abierto ya, miro por última vez al hombre del coche rojo que sigue insistiendo en la llamada desde el móvil.

>Definitivmante es su amante.


Cuando llego a mi oficina, enciendo mi móvil.


Tengo dos mensajes en el contestador.


Son del hombre del coche rojo

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