En esta noche especial todos se arremolinan entorno al jefe, que antes de comenzar la cena, se dirije a la familia como es tradición desde tiempo inmemorial.
Este año ha sido muy duro para nosotros, lo sabéis.
Hemos perdido a uno de nuestros miembros, lo recordaremos siempre.
Otro marchó a Europa, quizás algún día podamos verle entre nosotros.
Pero no es tiempo de lamentos, sino de fuerzas hacia adelante.
No podemos dejarnos vencer, hay que seguir en el día a día.
Hay crisis, sí, pero entre todos continuaremos, para eso somos una familia.
Estamos aquí para vivir.
Hay un silencio que se rompe con una gran ovación.
Luego la gran cena.
Y es que hasta para los tapires de la selva llegan malos tiempos.
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