jueves, 13 de octubre de 2011

No me gusta el fútbol

Pues sí, Maruchi, ¿ Te he dicho alguna vez que odio el fútbol ?.


¿ Que tú también ?


No, tanto como yo no.


Te lo aseguro.


Como sabes a Borja le ha regalado su hermano el carnet del Sevilla para toda la temporada. Menos mal que es en preferencia. No hubiera podido soportar que mis amigas dijesen que mi marido va al fútbol en gol como un seguidor cualquiera. Menos mal que puedo quedar con mis amigas los días de partido en el club social para charlar de nuestras cosas.



Para colmo, mi niño, Borjita, también es abonado este año. Su padre le está inculcando su sevillismo, aunque él nació ya con el escudo incrustado en el pecho. Vamos, ¿ podías concebir que el niño hubiese nacido bético ?.

Espera, que me llaman al móvil.

¿ Mamá, mamá? no, Carmencita está en casa de Piluquita, esta tarde no iremos a tu casa. Además, dice que su primo le pega y que no quiere ir. Bueno, un beso.

Como te decía, odio el fútbol.

Asco me da cuando mi niño llega de entrenar en el equipo los martes y los jueves, todo lleno de arena, sudando a chorros, con los pelos de punta. Menos mal que Ruth le pega el baño tal como entra por la puerta, porque no soportaría que pusiese siquiera los pies en el sofá de cuero.

Pero, por lo que no puedo soportarlo es por lo que me pasó ayer. Sí, los viernes hay partido de su equipo, así que fui a buscarlo sobre las seis de la tarde.

Cuando terminó, Borja vino a verme a los graderíos, yo estaba de cháchara con las otras madres, comentando lo interesante que estaba su entrenador, cuando, de pronto, el mundo se me nubló, sentí desfallecer, parecía que la vida se me iba en ello. Cuando volví en mí lo primero que hice fue tocarme la cabeza para comprobar que el peinado que me había hecho por la tarde estaba intacto. Menos mal, pero el dolor no se me quitaba. Busqué las gafas de marca, pero no las encontré.

Un olor a sudor concentrado me devolvió a la cruda realidad, pero sorpresa, era el entrenador quién se estaba preocupando por mí.

¿ Que un mareo repentino por el calor ?.

¿ Que una bajada de tensión ?.

No, hija, no.

Un balonazo en toda la cabeza.

Odio el fútbol.

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