lunes, 3 de octubre de 2011

El tren

El sábado pasado regresé al lugar de mi primer recuerdo. No sé qué edad tendría, sí que estaba en sentado en una pequeña bañera de plástico en el patio de mi casa. Estaba en Facinas y sentí la necesidad de pasear por los restos de esa casa. Queda la fachada, y sobre todo, el patio.


Me relajé e intenté pensar en algo más, forzé, pero es una imagen difusa. Dicen que con el paso de los años vamos recordando cosas cada vez más antiguas, como si nuestra mente no fuese capaz de retener los momentos cercanos, pero sí los más lejanos en el tiempo. A lo mejor, cualquier mañana me sorprendo a mí mismo con otro chispazo.


Es bonito rememorar sensaciones alegres, simples quizás, pero que te hagan sentir tu pasado, bajarse en estaciones del recorrido aunque sean de un tren en marcha.

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