domingo, 30 de octubre de 2011

Esos lindos seres...

Aún recuerdo aquella noche que no podía dormir. Mis padres estaban en su habitación, mi hermana en la suya seguro que soñaba con los angelitos y yo...


Tendría seis años seguramente, porque fue días antes de mi cumpleaños, mi primer cumpleaños con un payaso para mis amiguitos y para mí.


Esa noche, como digo, me costaba conciliar el sueño. Ya casi vencido, despúes de muchas vueltas y reviradas en la cama, cerré los ojos. De pronto, sentí una ráfaga de viento muy frío que me hizo abrirlos de par en par. Allí estaba él, mirándome inmóvil, con un gorro grande y rojo, una nariz también roja, unos guantes del mismo color y una sonrisa forzada y triste que se adivinaba tras unos grandes morros igualmente pintados de rojo. Quise gritar, pero él me hizo un ademán de que guardara silencio con un gesto tan severo que me tuve que callar. No tenía miedo, no era esa la sensación, él despedía un frío extremo, como de otro lugar y me lo contagiaba a mí.


No sé cuanto tiempo estuvo allí, lo que sé que cuando desperté no había nadie. No quise decirle nada a mis padres.


A los cuatro días volvió, y tras esa noche, varias más.


Una mañana le dije a mi madre que quería que él se quedara conmigo para siempre porque le necesita para dormir. Mamá me dijo que en la habitación no había nadie y que eran fantasías mías.


Han pasado muchos años, pero muchos muchos.


Ahora yo también soy un payaso...


Y te visito de noche...


Aunque no me veas...

viernes, 28 de octubre de 2011

Ser

Sentirla tan cerca erizaba cada poro de su cuerpo.

Su presencia vaciaba su mente de pensamientos.

Ella se apoderó de su alma.

Nunca supo si estaba viva o muerta.

Poco importaba ya.

lunes, 24 de octubre de 2011

Rubén Amón

O el arte de la ironía en la radio.

No puedo negar que soy un animal de radio, que se traga catorce horas al día.

No tengo exclusividad de emisoras, antes sí, antes era un agonía de La Ser, pero ahora selecciono los programas, por la mañana Carlos Herrera y por la noche la Brújula en Onda Cero con Alsina. Sobre las diez y hasta las doce aparece un personaje fantástico, genial, diferente, único. La risa que despliega no la tiene nadie en el medio, y sus comentarios, ácidos pero sin herir, sin una mala palabra, con su especial " nieva desde China ", es para no perdérselo.

Lo descubrí un día que salía como corresponsal desde París con Gomaespuma.

Por favor, hagan la prueba, oiganlo aunque sea un ratito, descárguese el post en Onda Cero si quiere, pero descúbranlo y díganme luego si existe algo más genial.

domingo, 23 de octubre de 2011

" Tocar fondo "

El viernes me comentaba una querida amiga que no hacía demasiado tiempo había tocado fondo. Concretamente una noche se levantó de madrugada, no podía dormir, los problemas le acuciaban, no tenía solución para ellos, se sentía sola, terriblemente sola y esa noche, quizás la más larga de su vida, más que las cuatro noches de parir sus cuatro retoños ya mayores, más que la noche en que tuvo que decidir que se separaba porque no soportaba más a alguien que no era le trasmitía más que reproches, más que la noche en que perdió a su madre muchos años atrás. Esa fue la noche en que desde el fango más profundo sacó primero la cabeza, luego un brazo, luego el otro, más tarde el cuerpo y por fin las piernas de ese pozo.


Todos, en mayor o menor medida, hemos pasado por momentos parecidos, en los que llega una situación límite que nos hace reaccionar y a partir de ello cambia la vida.


Yo recuerdo hace muchos años, en los momentos en que mi vida se debatía en un mar de dudas, viviendo en San Fernando en una casa prestada, sin luz, sin dinero, malviviendo con lo que ganaba los fines de semana en un pub de Facinas, sin orientación, sin familia a mi alrededor, con mi incipiente pareja a cien kilómetros, haciendo prácticas en una oficina de un primo, sin futuro, y sobre todo, sin algo a lo que asirme para salir del barro, aún recuerdo aquella noche, muy parecida a la de mi amiga, en la que no ya las horas, los minutos se hicieron eternos, no amanecía, no había un teléfono al que llamar, un amigo a quién despertar para confesarme que me encontraba solo, terriblemente solo, sin destino. Pero llegó el día y como ella encontré un palo de madera al que agarrarme, salir y ...


Aquí estoy.

Y por fin, la lluvia

Las tortugas se subían inquietas una encima de la otra como anhelando algo, oliendo el ambiente.

El sol se mostraba agresivo por momentos, en otros, las nubes lo cubrían, pero también se mostraba predispuesto.

El viento comenzó a mover las palmeras, los arbustos y los árboles del jardín.

Y por fin...

El maravilloso olor a tierra mojada incomparable a nada en el mundo.

Y la lluvia, a ráfagas, escasa, susurrante, agresiva, enérgica.

Sí, pero...

Lluvia.

Vida.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Nostalgia

Tengo miedo de que al mirar atrás no vea nada, pero nada de nada.

Que no sienta el paso del tiempo.

Que no existan recuerdos.

Ni personas.

Ni cosas.

Ni sensaciones.

Quizás sea lógico y hasta normal pensar eso.

Pero no deja de ser inquietante.

Que no encuentre ni siquiera nostalgia...

jueves, 13 de octubre de 2011

No me gusta el fútbol

Pues sí, Maruchi, ¿ Te he dicho alguna vez que odio el fútbol ?.


¿ Que tú también ?


No, tanto como yo no.


Te lo aseguro.


Como sabes a Borja le ha regalado su hermano el carnet del Sevilla para toda la temporada. Menos mal que es en preferencia. No hubiera podido soportar que mis amigas dijesen que mi marido va al fútbol en gol como un seguidor cualquiera. Menos mal que puedo quedar con mis amigas los días de partido en el club social para charlar de nuestras cosas.



Para colmo, mi niño, Borjita, también es abonado este año. Su padre le está inculcando su sevillismo, aunque él nació ya con el escudo incrustado en el pecho. Vamos, ¿ podías concebir que el niño hubiese nacido bético ?.

Espera, que me llaman al móvil.

¿ Mamá, mamá? no, Carmencita está en casa de Piluquita, esta tarde no iremos a tu casa. Además, dice que su primo le pega y que no quiere ir. Bueno, un beso.

Como te decía, odio el fútbol.

Asco me da cuando mi niño llega de entrenar en el equipo los martes y los jueves, todo lleno de arena, sudando a chorros, con los pelos de punta. Menos mal que Ruth le pega el baño tal como entra por la puerta, porque no soportaría que pusiese siquiera los pies en el sofá de cuero.

Pero, por lo que no puedo soportarlo es por lo que me pasó ayer. Sí, los viernes hay partido de su equipo, así que fui a buscarlo sobre las seis de la tarde.

Cuando terminó, Borja vino a verme a los graderíos, yo estaba de cháchara con las otras madres, comentando lo interesante que estaba su entrenador, cuando, de pronto, el mundo se me nubló, sentí desfallecer, parecía que la vida se me iba en ello. Cuando volví en mí lo primero que hice fue tocarme la cabeza para comprobar que el peinado que me había hecho por la tarde estaba intacto. Menos mal, pero el dolor no se me quitaba. Busqué las gafas de marca, pero no las encontré.

Un olor a sudor concentrado me devolvió a la cruda realidad, pero sorpresa, era el entrenador quién se estaba preocupando por mí.

¿ Que un mareo repentino por el calor ?.

¿ Que una bajada de tensión ?.

No, hija, no.

Un balonazo en toda la cabeza.

Odio el fútbol.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Billy

Sombras alargadas pasan alrededor mía, me ignoran, no existo para ellas.

Voces etéreas circundan mi cabeza, son estridentes, diferentes, ajenas a mí.

Colores vivos que se difuminan, fuerte olor a algo parecido a la madera.

Algo cae cerca, no tengo fuerzas para cogerlo, no sé lo que es, no me atrevo.

No siento miedo, es algo diferente, una sensación nueva, nunca la había vivido antes.

Ahora mismo no sé quién soy, más sombras, parecen mujeres, o quizás no lo sean. No, esa es de un hombre joven, lleva un color claro, como amarillo.

No puedo distinguirlo con nitidez.

Todo es difuso.

Mi voluntad no me pertenece, no la poseo, se pierde en el aire.

Quiero mover los brazos, no existen.

Mis piernas tampoco, no las encuentro.


Siento pero no siento, quiero pero no quiero.


A mi cabeza solamente llega una palabra nítida, me domina, me posee:


IKEA.


Fin.

sábado, 8 de octubre de 2011

ADSL

Y esta noche, ¿ donde vamos, mamá ?

Calla hijo, no seas impaciente, que es mala consejera.

Hoy vamos a cenar a un sitio especial que nos llevará papá, y si os gusta, podremos ir todas las noches y días a comer allí.

Al atardecer, puntualmente conforme habían sido avisados, la familia estaba reunida ante el gran padre. Entre abuelos, primos, hijos, nietos, amigos y agregados había por lo menos doscientos.

Nadie hacía nada.

Todos esperaban las palabras del patriarca. Este, con tono solemne, afinó la voz y dijo:

Ha costado muchas penalidades y muchos esfuerzos, pero por fin he encontrado un lugar como este que nos permitirá alimentarnos por tiempo indefinido sin temer a nada ni a nadie.

Un ruido ensordecedor se hizo en la amplia sala.

De nuevo continuó hablando: sí, familia, amigos, este lugar nos dará la prosperidad que buscamos, y además gratis.

Así que, dejémonos de prolegómenos y vayamos a por la cena.

El aplauso duró poco, ya que el hambre les podía.

En pocas horas la familia ratonil había devorado unos cuantos de metros de cable de conexión de ADSL de Extremadura.


Y es que la realidad a veces es más tozuda que la fantasía.

jueves, 6 de octubre de 2011

Steve Jobs

Confieso que quizás haya oído su nombre dos o tres veces, y eso que yo me precio de tragarme bastante radio diaria.


Esta mañana Carlos Herrera, a las 07.00 ya comentó la noticia de su fallecimiento, y no es que sintiera especialmente pena, sí que sabía que estaba enfermo o muy enfermo de cáncer.


Hoy todos los programas hablaban de él como la persona que ha cambiado el mundo de estos últimos años. A lo mejor no es para tanto.


Enciendo el aparatito con un solo movimiento de dedo en la pantalla táctil. Me indica que estamos a seis de Octubre, que tengo cuarenta y cinco mensajes, la temperatura que hace en Sevilla y las previsiones, veo los vídeos maravillosos de Dire Straits en el Youtube, mis niños se ven las películas de dibujitos mejor que yo, apunto en la agenda las notas, me indica la localización exacta donde estamos, puedo jugar a cientos de juegos gratis, me permite grabar vídeos y fotografías con un solo dedo, Juan y Marta hacen auténticas maravillas acercando imágenes con una calidad impresionante, veo la bolsa al instante, sin ni siquiera teclear nada, accedo a cualquier página de internet, tiene una grabadora de voz al instante, puedo comprar las canciones que me de la gana, tengo descargado El Quijote en el ebook...


y sólo es un Ipad regalo de mi amigo Carlos García Diéguez.


Decididamente tengo que reconocer que ha muerto un genio.

martes, 4 de octubre de 2011

ZORRAS

Saludas a la zorra de tu mujer con un hasta luego, un beso de compromiso, a las zorras de tus hijas igual. Por el camino, en tu potente Audi miras por el cristal cómo varias zorras cruzan por el paso de cebra haciendo footing.


Llegas a la cafetería, la zorra de la camarera te pone el café como a ti te gusta, qué aplicada es la muy zorra.


En tu trabajo, la zorra de tu secretaria espera pacientemente con todos los expedientes para verlos contigo.


A las nueve bajas en el ascensor con la zorra de la funcionaria que te acompaña.


Te sientas en la mesa de juez:


¿ A impartir justicia quizás ?.

lunes, 3 de octubre de 2011

El tren

El sábado pasado regresé al lugar de mi primer recuerdo. No sé qué edad tendría, sí que estaba en sentado en una pequeña bañera de plástico en el patio de mi casa. Estaba en Facinas y sentí la necesidad de pasear por los restos de esa casa. Queda la fachada, y sobre todo, el patio.


Me relajé e intenté pensar en algo más, forzé, pero es una imagen difusa. Dicen que con el paso de los años vamos recordando cosas cada vez más antiguas, como si nuestra mente no fuese capaz de retener los momentos cercanos, pero sí los más lejanos en el tiempo. A lo mejor, cualquier mañana me sorprendo a mí mismo con otro chispazo.


Es bonito rememorar sensaciones alegres, simples quizás, pero que te hagan sentir tu pasado, bajarse en estaciones del recorrido aunque sean de un tren en marcha.