viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz año nuevo

Que este año 2011 se inicie como ha terminado por lo menos este 2010.

Felicidades a todos.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Gel de ducha

Es curioso, pero a menudo nos sucede que un simple olor, por más vago que sea, nos hace recordar una situación, un momento, un hecho destacable en tu vida.
Esta noche estrenaba gel de ducha, cuya marca ni mi acuerdo, pero cuando lo olí, al momento me transportó a mis años de vivencias de universitario en Cádiz. Fueron épocas de libertad, de amistad profunda, de grandes y bonitos recuerdos, de esa ciudad maravillosa, de la calle Sacramento, de las noches de guitarra en la Caleta, del descubrimiento de Triana, de anochecidas y amanecidas, pero también de cafés en tertulia, del Muro de Pink Floid del Pibe, de los carnavales, de los bocadillos de Pepe, del teatro Andalucía, de las cenas de sanwidch de pollo con huevo, de la Alameda, de las piedras del campo del Sur, del Parque Genovés, de los autobuses de Comes, de la biblioteca pública, poco estudio, notas raspadas, fines de semana en Facinas trabajando en el Pub de Antonio con la música que quería poner, del descubrimiento de una ciudad maravillosa, atractiva como pocas, con sus calles de siempre, sus mismos negocios, y sobre todo el mar, ese mar que tanta gente le ha cantado con amor a una tierra, con poesía y con mucho cariño.
A Cádiz tengo que volver, a pasear por la Plaza de Mina, por el Falla, perderme por las callecitas estrechas de Santa María, del Pópulo, la plaza de la Candelaria, tantos y tantos lugares por descubrir aún.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Navidad

Calles vacías, tenue lluvia que moja los cristales de mi coche mientras viajamos al Cerro al almuerzo, tres gitanas en bata de casa y zapatillas cruzan el semáforo, hasta los chinos descansan hoy, hasta las putas que venden su cuerpo a todas horas en el cruce de los bomberos tienen por convenio hoy el día libre, cientos de coches aparcados, resaca de noches intensas, churrerías ausentes, solamente " El Petisú " recoje a los solitarios buscadores de un buen café, de charla en familia o simplemente desesperados de tomar algo caliente y gratis ( el barba blanca que deambula diariamente por el barrio trapicheando me imagino que algo de hachís y otras menudencias ), que tras insistir consigue de un cliente que le invite.
Tras el día saco varias conclusiones, primero que necesitaba una charla familiar tranquila en que nadie llevara la voz cantante por su torrente, o que los niños nos dejaran hablar y sincerarnos, contarnos cosas que en el día a día no dan tiempo.
Hoy quería ir al circo con los niños, pero no pudo ser, el lunes caerá, yo estoy más ilusionado que ellos.
Ultimamente había pocos momentos en que conseguía emocionarme, aunque yo antes era el lágrima fácil de la familia, pero hoy, tenía que ser precisamente el día de Navidad, cuatro momentos me han hecho sentirme diferente. A la hora de la siesta puse Radio Marca y estaban echando el resumen de los goles del Mundial de Sudáfrica, pero comentados por todas las radios y todos, desde el primero con Suiza y el último con Iniesta, aunque éste lo he vuelto oír otra vez esta noche, un subidón me entró por el cuerpo, creo que cada día que pasa me doy cuenta de lo fantástico que España consiguió.
Luego, mientras que tomaba el descafeinado de máquina ( he tenido que renegar del auténtico, pero las circunstancias mandan, ya volveré ) en el valiente Petisú, hablé con mi tía de Conil. Se sentía triste y sola, su hermana está enferma, pero se puso contenta de que la hubiese llamado. Me dijo que me quería mucho, no es normal que te digan eso por teléfono, se me hizo un nudo en la garganta muy diferente al de la mañana ( cuando me levanté a las diez de la mañana, todo un record en mí, tenía hinchada la campaniña y tuve que salir pitando a urgencias para que me pincharan el culete con un Urbason ). Me gustaría que mi tía saliera de su mundo pesaroso, de muerta en vida, de luto permanente por fuera y por dentro, pero creo que su mentalidad no se lo permitiría.
Luego Sabina, el eterno, que no deja de hacerme vibrar, aunque no tenga la voz de sus comienzos, me gusta más ahora con el roto permanente, y a mis hijos, sobretodo a Juan y a Marta, que se están aprendiendo " La del pirata cojo ". A mi Peter Pan bético le tengo que cantar todas las noches el estribillo del pirata, si no no se duerme.
A media tarde, cuando llegamos a casa, hicimos masa, hicimos figuritas y las metimos en el horno. Creo que mi padre nos estaba ayudando, porque en mi cabeza estaba, seguramente también mi tío Salvador, otro insigne panadero que me regaló mi primer Quijote, edición de Martín de Riquer, maravillosa.
Ahora estoy escribiendo esto, es casi la una de la madrugada, calle Melancolía suena a tope en el portátil y lloro a lágrima partida de felicidad, me acuerdo de Argentina y pido por favor a la audiencia que me diga donde conseguir el DVD de los conciertos de Sabina y Viceversa y alguno en sudamérica.
Me voy a la cama, es demasiado tarde.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Nochebuena

Aunque sean fiestas para " pasárselo bien " en teoría, aquí un bicho raro que está deseando que pase esta noche, me puede la presión, no puedo negarlo, y eso que intento disfrazarla con un pequeño teatrillo con los niños, pero sinceramente esta noche, si me dieran a elegir haría alguna de estas cosas:

-Me pasearía por la playa dejando que las olas me mojasen los pies, da igual en qué lugar.

- Leería un libro hasta que el sueño me pudiese.

-Me llenaría pasar esta noche en un comedor social, haciendo feliz a aquellos que se sientan solos.


Hay cena familiar, nos reiremos un poco, camuflaremos algún regalo con el amigo invisible, nos hartaremos de comida, los niños jugarán y yo disimularé.

Mañana es Navidad.

lunes, 20 de diciembre de 2010

" La colmena "


Ocho y media de la mañana, hace rato que pasaron los más madrugadores.En la cafetería hay cierto revuelo, me extraña ver a Luisa la cocinera rulando tras la barra a esas horas, encima de la vitrina de cristal hay dos cajas de croisants llenos de jamón york y queso, pregunto a Sonia, previos buenos días y me cuenta que están preparando un pequeño catering de desayuno para unas gentes del polígono.
En la esquina de la barra fuman Rocío, siempre con la sonrisa en la boca y su amiga-compañera, han tomado el café y apuran el cigarrillo antes de entrar en la empresa, Borja lee el Marca, el directivo del concesionario apura la tostada mientras ojea el ABC, el montón de periódicos del 20 minutos se apilan en la esquina opuesta, acaban de dejarlos, pronto se desperdigarán por las mesas, aunque siempre terminan algunos en el cubo de la basura al final del día.

Sonia ha hecho olvidar a Dioni, el camarero más famoso e irónico que pasó nunca por “ Guadalquivir “, personaje singular donde los haya que diariamente derrama ingenio en la bodeguita Casablanca, un lujo para el paladar y un oasis de sevillanía entre tantos Starbucks, Rodillas y otras lindezas que inundan el centro de Sevilla cual olas desbocadas de la mal llamada globalización.

Al momento tengo la tostada calentita con mantequilla de Arias ( lata amarilla y azul de toda la vida, nunca porción, heredada de mi época de desayunos en Fausto ) con jamón york, cada día voy variando, unas veces sobrasada, casi siempre los martes, y rara vez una con aceite y tomate, tengo un poco liada a la camarera, pero ella nunca se queja, ni conmigo ni con nadie.

Entra un hombre con el pelo estilo jeyperman, sonrisa en la boca, saca de una bolsa un par de zapatos y se los entrega a Sonia. Le explica cómo le ha hecho el arreglo de las tapas. Es el verdadero “ Zapatero “ del Cerro, incluso tiene una fotocomposición con el presidente del gobierno dándole la razón. Es marroquí, no sé su nombre, pero es la simpatía personificada. Cobra su trabajo y se va, solamente se toma un vaso de agua fresca.

Siempre me busco la parte izquierda de la barra, localizo un banco acolchado ( los de madera son algo duros, siendo diplomático ) para leer tranquilamente algún periódico, El Mundo, el Marca o el ABC, no me gustan los gratuitos, es un momento para degustar el desayuno mirando los artículos con cierto detenimiento, me repatea que llegue algún cliente y tenga que tomar el café con él, porque debo engrasar el pensamiento y eso lo suelo hacer cuando me monto en el ascensor para subir a la primera planta ( sí, las escaleras son un coñazo ), pero que yo ando, y bastante.
Saludo a Juan, el padre de Fernando, dueño del bar, al que llama el Niño, cariñosamente, son ambos la ironía personificada, da gusto verles el humor que gastan desde primera hora.
Fina, la interventora de la Caixa suele llegar a la misma hora que yo, se toma su primer café de la mañana tranquilamente fumando un cigarrillo rubio, aunque presiento que no serán los últimos, ni el tabaco ni el café. En poco tiempo llegará mi compañero Juan, que busca una mesa de las estratégicas, con vistas a la calle, pide su media tostada con el café y se lee el ABC sentado tranquilamente.

A la hora del almuerzo, llega María José, la camarera más guapa en el ranking de la hostelería del Cerro, sin desmerecer a las demás, pero ese piercing tiene un no se qué.

Hay dos cámaras de grabación digital estratégicamente distribuidas, no tanto disimuladas, pues una de ellas trasladan a casa de Fernando las imágenes de este particular “ Gran Hermano “.

El bar tiene entre otras particularidades una sala de relajación, vistas maravillosas de jamones olorosos colgados de la pared y hasta una lata gigantesca de caña de lomo de jabugo que estoy seguro de que entraría en el libro Guiness de los records si se lo propusiera. Nunca pregunté, pero me huelo que siempre ha estado vacía, además hace labores de apoyo de una de las susodichas cámaras.

Un personaje nuevo aparece por la cafetería: nada más verlo lo bautizo como caballo loco, un chino con los ojos inyectados en sangre, pelos largos de punta, de mediana edad, que toma café a mi lado. Habla, bueno intenta hacerse entender con dos mecánicos a los que invita a una copa de anís Castellana sin hielo. Pide agua, pero la quiere caliente. Cuando le traen el vaso vierte en él un sobrecito de hierbas verdes que deja asentarse sin echarle azúcar. Los mecánicos le comentan que si el hachís se lo bebe, que no se lo fuma, el chino no entiende nada pero se ríe. Paga con un billete de 20 euros y Sonia le da todo el cambio en monedas de euro. El chino deja el café a medio tomar, hace un gesto con las manos a los hombres a los que ha invitado, ignora las hierbas y se va directo a la máquina recreativa que está al otro lado del bar.

Termino de leer el Marca, pago y me voy. Han pasado diez minutos y Caballo Loco continúa echando monedas, aunque de vez en cuando la maquinita le da algunas para cautivarlo con su música halagadora. Me despido de Fernando, quizás baje a las 11.30 horas a tomarme un máquina, puede ser, no seguramente el chino seguirá allí.

El bar es una colmena en la que las abejas entran y salen todas por el mismo agujero del panal a cumplir su misión, yo entre ellas, mientras otras abejas se afanan en atenderlas, hay algún zángano que revolotea, tábanos que cumplen su función y sólo falta la reina que quizás algún día se digne a pasar por allí.















miércoles, 15 de diciembre de 2010

FIRMA EN LA FERIA DEL LIBRO DE DOS HERMANAS

Este domingo, 19 de Diciembre de 2010, estaré firmando libros en la Feria del libro y la artesanía de Dos Hermanas entre las 12.00 horas y las 14.00 horas, no tiene pérdida. Es en la Plaza del Arenal, junto a la Estación de Renfe.

Prometo un buen rato de sorpresas si alguno se digna a hacernos una visita por allí a los escritores que firmamos.

Espero poder repetir los dos siguientes domingos, la experiencia seguro que merece la pena.

Os espero.

Curiosidades

Más de una vez he hablado con mi amigo Joselillo de un tema curioso y coincidimos los dos en ello: Cada persona tiene su doble en este mundo, puede que en el otro hemisferio, en ciudades totalmente alejadas o simplemente en el mismo país. Lo más seguro es que nunca lleguen a conocerse, pero tanto a él como a mí nos ha pasado que hemos visto a un chaval, un hombre o una mujer por Sevilla y hemos pensado que es el otro yo de alguien de Facinas.
A lo mejor es que los dos somos algo raros, seguramente, pero nos gusta comentar ese hecho.
Hoy, iba saliendo de mi casa con los niños en el coche, se me cruzó un hombre haciendo footing en un paso de cebra. Era delgado, bien parecido y llevaba un chaleco verde fosforescente. Yo paré, él también, pero al ver que le daba paso con la mano, siguió corriendo, pero me sonrió.
En ese momento, su cara y esa media mueca con la boca y los ojos me llevaron a un tiempo pasado hace seis años más o menos en el que un compañero de nuestro despacho murió por un cáncer en menos de un mes. Tenía la misma sonrisa, era delgado como el que me crucé, más o menos la misma edad y hasta diría que el color de sus ojos era el mismo.
Fue una descarga eléctrica que me transportó a Antonio.
El hombre siguió su marcha y yo continué la mía con una sensación muy extraña, como un Dejá Vu, como si esa persona fuera una continuación de nuestro compañero desaparecido.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Jujuy

Jujuy es una pequeña ciudad argentina, patria de tantos inmigrantes que pueblan nuestro país.
Hoy he conocido la historia de una pareja cincuentona ya, que tuvieron que dejar a sus cuatro hijos allí a buscarse la vida en otra tierra.
Antonio David era un trabajador normal de banca durante veintitrés años en Buenos Aires, luego en su ciudad, Jujuy.
Pero el corralito, el despido, una mala inversión, y como resultado la emigración dejando casa, familia, recuerdos, amigos y todo, la vida allá y acá.
Hoy su señora y él han salido emocionados de mi oficina, quizás por recordar que tienen ocho nietos que algunos ni conocen, más de cuatro años sin pisar la tierra de Sábato, que no tienen plata para ir y volver ( 1.600 euros cada uno, billete ida y vuelta ), pues todo el dinero que ganan lo ahorran para poder enviar a sus hijos para que puedan trabajar allí, porque hay alguien que les oye, o intenta poner un granito de arena.
Viven en una casa de una señora mayor, por lo menos tienen el consuelo de poder dormir todas las noches juntos, compartir ambos sus frustraciones, su amor y desesperanza. Ella cuida a la mujer y Antonio limpia un polígono desde hace cuatro años sin contrato. Ahora que había conseguido el permiso por arraigo, se le deniega porque la empresa donde trabaja no está al corriente en Seg.Social, maldita suerte la nuestra dicen.
Sólo esperan poder ahorrar un poco más de plata, marcharse a su querida tierra y montar un negocio de gastronomía, ya que durante cuatro años se dedicaron en Bolivia a trabajar en un restaurante.

Les he dicho que me gustaría conocer algún día Jujuy.

Ojalá tengan suerte.

Se lo merecen.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Puente

Macro puente de Constitución, de nieve, de fiestas, viajes por carretera, encuentros familiares, disfrute de otras gastronomías, otros mundos por conocer, monumentos, hoteles, aviones...

¿ Aviones ?.

No, caos y más caos por unos niñatos y niñatas que se creen en el derecho de paralizar un país que da tumbos sobre tumbos, que respira de mala gana con un tubo de oxígeno, y que por su asqueroso egoísmo pesetero quieren hundir.

Yo propondría al Gobierno que diesen los nombres, apellidos y dirección de cada uno de ellos para que todos pudiésemos ponerles cara y decirles cuatro cositas cuando fuesen a comprar el pan, llegasen al médico o simplemente salieran a la calle para tomar un café.

Escolta pagada por ellos es lo que iban a necesitar si por mí fuera, escolta para no ser escupidos por la calle, o que se les inundara el móvil con llamadas a todas horas del día por cada persona que no ha podido disfrutar de un reencuentro, de una casa pagada, o de una operación de cáncer para una niña que tenía que llegar ayer a su destino, eso sí que es fuerte.

A esas personajillos se les debería señalar por la calle con un monigote, diciendo yo soy controlador de Aena, dígame lo que quiera, escúpame, pégueme, cáguese en mi familia y sobre todo, a cada uno que no cumpla estos días, delito de cárcel, juicios penales, ya verán como se les quita el asqueroso cuento que tienen.

Me gustaría que cada uno de ellos tuviese un familiar enfermo y que cuando lo llevaran al hospital los funcionarios le dijeran a él que no lo atendiesen.

Me cago en t...

Esto no se puede aguantar, y eso que a mí no me toca directamente, pero es injusto que un país entero y parte de Europa se tenga que ver influída por estos indignos.