jueves, 9 de diciembre de 2010

Jujuy

Jujuy es una pequeña ciudad argentina, patria de tantos inmigrantes que pueblan nuestro país.
Hoy he conocido la historia de una pareja cincuentona ya, que tuvieron que dejar a sus cuatro hijos allí a buscarse la vida en otra tierra.
Antonio David era un trabajador normal de banca durante veintitrés años en Buenos Aires, luego en su ciudad, Jujuy.
Pero el corralito, el despido, una mala inversión, y como resultado la emigración dejando casa, familia, recuerdos, amigos y todo, la vida allá y acá.
Hoy su señora y él han salido emocionados de mi oficina, quizás por recordar que tienen ocho nietos que algunos ni conocen, más de cuatro años sin pisar la tierra de Sábato, que no tienen plata para ir y volver ( 1.600 euros cada uno, billete ida y vuelta ), pues todo el dinero que ganan lo ahorran para poder enviar a sus hijos para que puedan trabajar allí, porque hay alguien que les oye, o intenta poner un granito de arena.
Viven en una casa de una señora mayor, por lo menos tienen el consuelo de poder dormir todas las noches juntos, compartir ambos sus frustraciones, su amor y desesperanza. Ella cuida a la mujer y Antonio limpia un polígono desde hace cuatro años sin contrato. Ahora que había conseguido el permiso por arraigo, se le deniega porque la empresa donde trabaja no está al corriente en Seg.Social, maldita suerte la nuestra dicen.
Sólo esperan poder ahorrar un poco más de plata, marcharse a su querida tierra y montar un negocio de gastronomía, ya que durante cuatro años se dedicaron en Bolivia a trabajar en un restaurante.

Les he dicho que me gustaría conocer algún día Jujuy.

Ojalá tengan suerte.

Se lo merecen.

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