viernes, 12 de febrero de 2010

Un sueño

Este es el último cuento que escribí para el día de la presentación en Sevilla.



Una noche soñé que me despertaba: Estaba sólo sin nadie a mi alrededor. Era madrugada y hacía calor.

El mes de Julio daba sus últimos pasos, estaba deseando que llegaran las vacaciones para poder irme a la playa con mi mujer y los niños, especialmente el bebé que tenía tres meses escasos. Esa noche en el sueño era interminable y a esa siguieron otras muchas igual de desesperantes y los días se transformaron en noches.

De pronto me veía en el sueño yo mismo lleno de cables, de tubos, de aparatos, de médicos, enfermeras y un compañero al lado. Ya no estaba sólo.

Soñaba que un médico se acercó a mí y me dijo que padecía una grave enfermedad, pero que tenía que poner algo de mi parte para curarme. Allí estaba mi familia apoyándome, pero además de los medicamentos que recibía, había otros que me ayudaban casi más que ellos.

Eran las llamadas, las preguntas, las flores, los teléfonos, las visitas, los rezos de amigos, decenas de amigos, cientos de ellos que en el sueño me demostraban que estaban ahí.
Sentía sus alientos, sus cariños, sus palabras, sus silencios, sus apoyos callados, sus palabras.

Poco después la oscuridad se fue haciendo un poco más luminosa, pero ellos continuaban a mi lado y yo sentía dentro que aquello tan gordo y grave se iba marchando y achicando.

Amigos y familia, familia y amigos.

Un día, después de mucho tiempo, llegó otro señor con bata blanca en el mismo sueño y me dijo con una voz tranquilizadora: Chico, eres libre, disfruta de todo y agárrate a la vida con fuerza, ya puedes.

Hoy he despertado y estoy aquí.

Gracias a todos por haber venido.

1 comentario:

Reyes dijo...

Un sueño del que pudiste despertar para alegría de los que te soñamos.