miércoles, 3 de junio de 2009

Quim Monzó

Cada semana acudo a la biblioteca a consultar qué novedades han salido, rebusco en los libros viejos, descatalogados, e incluso algunas veces me compro alguno, porque el director tiene el buen acierto de poner de vez en cuando ejemplares antiguos a dos euros.
Desde hace un tiempo me pica el gusanillo de los cuentos, en primer lugar para aprender, que me gustaría y en segundo para descubrir la imaginación y el gusto que tienen algunos escritores por este género desconocido por mi hasta hace bien poco.
Después de deleitarme con " Los cuentos del Mediodía " de Luis del Val, creía que no iba a encontrar algo del mismo nivel, así que le pregunté al bibliotecario que me aconsejara. Me dijo, llévate a Jorge Bucay, pero algo me arrendró y no me decidí por él. Sin embargo, había un libraco de casi quinientas páginas de Quim Monzó, escritor del que había oido hablar de él, pero no tenía ninguna referencia. Se titulaba " Ochenta y seis cuentos " y había sido traducido del catalán, donde según el prólogo lo consideran una eminencia, habiendo sido distinguido con un montón de premios.
Durante dos semanas lo tuve en mi mesilla, pero los intentos de leerme el primer cuento no fueron muy productivos que digamos y decidí abandonar. Por desgracia para mi, había vuelto a la maldita costumbre de dejar a medias o al principio un libro empezado. Hacía mucho tiempo que creía desterrada esa manía de mi lectura, pero volvía a caer, cual vicio incurable.
Pero la tarde que lo iba a entregar, en un impás que me dejaron mis hijos, entré de lleno en uno de los cuentos mediado el libro y me enganché de tal manera que le pedí renovarlo quince días más.
Hay tal variedad de registros, conceptos, que me deslumbró. No hay un padrón único, van desde relatos eróticos, históricos ( sentimientos supuestos de Ulises en el Caballo de Troya, homínido comenzando a hablar, genial, uno de los mejores cuentos que he leído nunca, con un final deslumbrante, para enmarcar ), irónicos, de pareja, de soledad, desamor, macabros, filosóficos, literarios, me pierdo y no acabaría.
El jueves pasado lo devolví con un regusto raro. Había disfrutado tanto que aún me daba la impresión de que faltaban historias por leer, algo nuevo que ofrecer. Quizás vuelva a él de nuevo pasado un tiempo.
Ahora estoy enganchado a cuentos de la guerra civil española, se llama " Partes de Guerra ".
Espero encontrar algo más que dolor.

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