sábado, 9 de mayo de 2009

Una apacible tarde

Una familia se sienta al fresco de una tarde de primavera a comer los primeros caracoles de la temporada.
A su alrededor, otras tres mesas también están ocupadas.
La anochecida es plácida.
De pronto, un BMV negro con sonido estruendoso para frente al bar. De él, baja un chico joven mientras otro queda dentro. Desde la misma calle, y al oído de todos los que allí había, pide ver al cocinero.
Pero, una voz femenina desde dentro le dice:
- Tú no tienes nada que hablar con mi padre.
. Cállate verdulera, que contigo no tengo nada que hablar.
El tono del chico se va elevando sin importarle nada quienes allí había.
. Tu hija ha entrado en mi casa esta tarde y se ha querido llevar un cuadro.
. Yo sólo he ido a recoger a mi hijo. Vete de aquí que mi padre no quiere verte.
- Verdulera, que eres una verdulera. Esto no va a quedar así. Mañana vendré a hablar otra vez con tu padre, a ver si quiere recibirme.
El niño corretea por el bar oyendo la conversación.
Dentro, la chica llora y maldice su vida.
. No aguanto más, bastante le he soportado. Espero que mi hijo cuando cumpla la edad se de cuenta de quién es su padre.
El BMV se cierra con un portazo y sale derrapando.
La gente continúa comiendo caracoles.

No hay comentarios: