jueves, 16 de octubre de 2008

La catedral del Mar

Lo primero que uno siente cuando acaba la última página del libro es unas ganas de coger un avión y plantarse en Barcelona a descubrir cada uno de los precisos detalles de la Iglesia de Santa María del Mar.
Lo segundo es un regusto amargo por haberse acabado, pues disfruté tanto con la historia que a medida que se iba acercando el final, sentía pena.
Hay pasajes que me llegaron a emocionar, tanto por lo que contaban como por la forma de narrarlos.
Además es una manera de conocer la historia de una ciudad con tanta personalidad como es Barcelona, que para quién no lo lea, no puede hacerse una idea clara de lo que significó para sus ciudadanos, el sentimiento tan arraigado de su defensa que desarrollaron y su influencia económica y estratégica no sólo para Cataluña, sino para el reino de Castilla y me atrevería a decir que zonas importantes de Europa.
El escritor sabe enganchar al lector desde la primera página, pues el ritmo de narración de los acontecimientos te hace estar alerta desde el principio. Además consigue mantener la intensidad durante todo el libro, llevándonos de un suceso a otro y llegando a hacernos partícipes de los sufrimientos y vivencias de su protagonista.
En suma, un gran libro que recordaré por mucho tiempo.

2 comentarios:

Antonio Aguilera N dijo...

Pilla un vuelo y echad allí un fin de semana, es realmente preciosa, merece muchísimo la pena.

sky walkyria dijo...

construida con la historia de vida de mucha gente, ha sido y es refugio y paz en el trasiego sin fin de la enorme ciudad.