lunes, 19 de mayo de 2008

" Tierra mojada "

Hace poco más de un mes, en una noche en la que el rayo, el trueno y la lluvia se ensañaron con Sevilla, mi mente se evadió y salió esto:

" El motor sonó, las luces se encendieron y el vehículo emprendió la marcha para alejarse en pocos minutos de la ciudad.

El conductor sentía el aire de libertad que corría por su cuerpo.

La noche estaba cerrada y la lluvia insistente impedía cualquier asomo de una luna, que por esas fechas debía estar llena. Ni tan siquiera alguna estrella se atrevía a salir, aunque hubiese sido fugaz.

Apagó las luces, salió del coche y se dirigió directamente hacia el acantilado.

Nada importaba, ni la soledad, ni la lluvia, ni siquiera los rayos que zigzagueaban amenazando aquí y allá.

Sólo él y el mar.

Las gotas de agua caían sobre los matorrales, pero su ruido quedaba amortiguado con el romper de las olas sobre las rocas varios metros más abajo.

Olía a tierra mojada.

A pesar de la oscuridad, la espuma era un manto blanco sobre fondo negro.

No tenía miedo porque se sentía parte de la tormenta.

Era el rayo, el trueno y la lluvia al mismo tiempo.

Nunca supo cuanto tiempo pasó allí.

Sólo supo que fue feliz.

Siempre el mar."

1 comentario:

Herodes Antipas dijo...

Magnífica entrada. Entro por vez primera gracias a la mediación de Reyes, mi querida dama de sevillano nombre. Y lo peor de esto es que ... amenazo con volver.
Es un verdadero placer enlazarle a mi blog, si no es inconveniente.
Un saludo